Diego Guzmán, periodista automovilístico, se une a la lista de anécdotas del Rally Caminos del Inca con una historia muy particular que ocurrió en el evento del año pasado.
Diego comenzó a escribir sobre carros a la edad de 22 años y ha contribuido desde entonces con algunas de las mas importantes compañías de producción televisivas como son Automundo y Motor Racing, filmando varios de los eventos automovilísticos nacionales. Su primer viaje al Rally Caminos del Inca fue el año pasado como parte del equipo de televisión de Panamericana, junto a Jaques Ferreira, Luis Mezzich, Ruben Marruffo y uno de sus mejores amigos y colegas Miky Cisneros, conocido fotógrafo de carreras. “Salimos medianamente tarde de Ayacucho para dirigirnos a dormir a Andahuaylas porque queríamos filmar la etapa de Pacucha y ganar un poco de tiempo,” cuenta Diego. “Salimos todo bien de Ayacucho hasta que nos cayo la noche. Páginas van de la hoja de ruta y por alguna extraña razón nos perdimos buscando la bajada de Ocros.”
“Habremos tomado como cinco caminos diferentes y seguíamos dando vueltas en círculos hasta que tomamos una vía que nos llevo por un camino ancho y afirmado. Pero luego, este se angosto y comenzamos a pasar entre cerros. Cayó la lluvia y cada vez el camino era más angosto hasta que se redujo a un par de huellas; nuestra camioneta “La China” con las justas pasaba por ahí.” “En un momento menos pensado apareció un hombrecito con un traje verde y paramos para preguntarle a donde nos estábamos yendo. Este nos dijo que estábamos dirigiéndonos a Concepción y que nos diéramos la vuelta para tomar la otra pista que llevaba recto a Ocros.” “No habremos andado más de 10 metros del hombre y al darnos media vuelta nos dimos cuenta que como por arte de magia aquel hombrecito había desaparecido en la penumbra. Bajamos de la camioneta con linternas para ver si lo encontrábamos y nada. Nuestro amigo Jaques, camarógrafo de Brasil, fue el que nos hizo pensar que todo esto era enviado, y por primera vez, creí en eso ya que fue extraño que el hombre haya desaparecido tan rápido. Nadie en la altura por muy deportista que sea puede desaparecer así.” “Después de un rato nos encontramos con el auxilio de Caparó que nos guió gentilmente por la ruta correcta. Definitivamente fue un caso increíble porque después de ese encuentro con aquel hombre “verde” encontramos también a alguien que nos pudiera guiar a la bajada.”
“Es una de las anécdotas más raras que he pasado en mi vida y todos fuimos testigos. Tuve la suerte de darme la vuelta con personas con mucho más recorrido que yo, pero estoy seguro que ellos durante todo el tiempo que tienen cubriendo el Caminos del Inca jamás habían pasado situación tan extraña.”
Por Prensa Caminos del Inca
|